Desmadejada, exhausta, sudorosa, feliz… Las brillantes estrellas del último orgasmo aún poniendo culebrillas en sus entrañas, recordó: “Algún día te seduciré…” Sonrió pensando en la súbita aparición de su amante, alocado, impulsivo, extraño… “Te amo”, le dijo… Y se durmió en sus brazos, mientras él le decía lindezas como jamás había escuchado. “Bárbara” fue lo último que escuchó antes de entrar en el mundo paralelo de los sueños.
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